En una pequeña calle de Bruselas camina a paso firme una enigmática mujer, que sin mediar aviso, nos obliga a seguirla con la vista y fijar la mirada en su cabeza. Es allí donde radica su hipnotismo: está usando un tocado de la sombrerera chilena, radicada en Bélgica, Patricia Correa, quien acaba de compartir pasarela con el diseñador Claudio Paredes en el Santiago Fashion Week 2015.
En Chile la cultura de los sombreros y tocados fue diluyéndose con el tiempo. Sin embargo, la globalización y el contagio con ciertas corrientes estéticas del otro lado del océano, nos han llevado a añorarlos.
Si bien la oferta nacional es limitada y, por momentos, demasiado clásica, existe una compatriota que con maestría y un cuidado casi quirúrgico por los detalles, ha construido una marca donde la osadía se mezcla con la distinción. ¿Su nombre? Patricia Correa.
Para Patricia “un femme un chapeau est le jour est plus beau” (el día de una mujer es más hermoso con un sombrero). Por ello su foco es lograr que los sombreros y tocados no sólo sean accesorios, sino que se transformen los elementos que realcen o, incluso, protagonicen un look.
Para conseguir ese objetivo, en su confección utiliza las mismas técnicas de antaño, junto a materiales nobles (algodón, lanas, paja, cueros, sedas). Además recupera materias y recicla, con el fin de lograr una creación que perdure en el tiempo. De hecho, su proceso creativo parte desde la materia con la que desarrolla el moldaje de pequeños universos atemporales, que coquetean con corrientes artísticas como la belle époque y el surrealismo.
Lucir un sombrero o tocado de Patricia Correa nos traslada automáticamente a un mundo que aprecia las formas, se maravilla de los detalles y el savoir-faire; y donde la elegancia es parte de un cotidiano que no necesita excusas para respirar distinción.
CréditosFotos: Mabamiro/ Frederic Luca Landi / Editorial Roi Soleil
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