Juntada de amigos, rincón de las mujeres: típico. Lo que no podía faltar: salieron a relucir viejas historias de todo tipo… anécdotas, personas gratas y no tanto que pasaron por nuestras vidas…. Una se llevó los laureles!
Hace de esto mucho tiempo… Lugar: oficina de trabajo, donde hay amigos, compañeros a los que aprecias realmente, otros que ni fu ni fa, otros que mejor no encontrarlos…
Llegué un día, sin decir nada… me había vestido con una falda hasta el piso, vestimenta rara para mí, pero siempre glamorosa…. y caminaba haciéndome la diosa del Olimpo y con la frente bien alta. Ningún comentario, ninguna pregunta… a media mañana, se venía el café con las amigas del trabajo y una de ellas se le ocurrió preguntar que era este nuevo look mío! Le contesté: “Esperá que vaya al baño y te cuento”… terminamos el café y fuimos en caravana, TODAS, hasta el baño. Allí levanté mi falda, (no se asusten!) tenía las piernas vendadas como un momia! Parecía salida de “Titanes en el ring”… no puedo explicarles la risa generalizada!!!! De todas, incluida yo! Las carcajadas eran tales que no me salían las explicaciones!!! Pasó un buen rato, hasta que nos calmamos y pude contarles que había pasado por el cirujano plástico y me había hecho una lipoaspiración… ¡!! Que estaba super molesta y dolorida, pero yo trataba de mantener la frente bien alta y la actitud de mujer superada!!!! Recordando esta vieja historia se me ocurre pensar en todo aquello que las mujeres hacemos: sacrificios insospechados por mantenernos en buen estado y “sacando esas grasitas que nos molestan”…
