Toda mi vida he luchado contra mis formas. Había escuchado de todo tipo de consejos: gimnasios, dietas mágicas, pastillas, remedios milagrosos… pero esta vez me decidí por la gimnasia.
En los kioscos era furor el video de gimnasia de Cindy Crawford. Quien fue la primera en comprarlo: YO! Por supuesto!!!! Hasta para elegir, con quién hacer actividad física, tenía que ser alguien super glamoroso y CINDY lo era!!!!
Y allá fui. Me calcé pantalones cómodos, zapatillas (vírgenes de uso, porque eso significaba algún movimiento ó deportes). Sólo faltaba la vincha en el pelo. Tomé de la alacena, unas latas de tomates ( porque pesas no tenía) y juro que empecé! Seguí sus consejos al pie de la letra… aunque mi altura no aumentó (sigo midiendo un metro sesenta), mis piernas no crecieron hasta ser de la talla de la entonces mujer de Richard Gere… y me caía de sueño, porque me levantaba super temprano para que nadie, me viera en ese “trance”… Yo estaba convencida de que esta vez iba a poder… pero el frío del invierno y mi desprecio por los movimientos violentos, pudieron más!
Así fue que Cindy Crawford fue de gira por la casa de cuanta amiga solicitara el video… y por allá quedó! No creo que ella extrañe a esta alumna…
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